NUESTRA EMPRESA
Introducción a la Historia de las Velas
La Luz del Fuego
El desarrollo de la humanidad siempre ha estado asociado al fuego. Tenerlo o no hizo la diferencia de vivir o morir. Las primeras civilizaciones lo adoraron y le temieron. Conocieron su poder destructivo y su encanto. Lo utilizaron para defenderse de sus enemigos, para protegerse del frío, para iluminarse y para espantar las tinieblas. El hombre quedó asombrado al contemplarlo como un fenómeno de la naturaleza. Con el paso del tiempo encontró la manera de conservarlo artificialmente.
Su utilización milenaria siempre ha sido asociada a fines místicos. En las diferentes culturas han sido usadas como un medio de comunicación con los dioses, teniendo el cuerpo de la vela (cera) como el cuerpo físico del ser humano, el pabilo se refiere la mente y la llama al espíritu.
La luz de la Vela
Antes de la magnífica invención de Edison, las velas de parafina tenían una función eminentemente práctica, utilizándose, en gran medida, para la iluminación y las liturgias religiosas.
A medida que la economía y la industria tuvieron su gran auge, durante el siglo XX, la electricidad acabó llegando a todos los lugares y “se hizo la luz”, eléctrica claro.
Progresivamente, las velas quedaron relegadas para su utilización en liturgias religiosas.
Pero como la mente de los humanos no solo funciona para cubrir necesidades prácticas, sino que una de nuestras grandes virtudes es hacer más bonito nuestro entorno, crear ambientes agradables y hacer feliz a otras personas, nació una nueva manera de entender
“El Maravilloso Mundo de las Velas”.
Sus juegos de luces y sombras, siempre cambiantes, evocan historias, emociones, sentimientos, mitos y creencias. Con el encendido de una vela se crea instantáneamente una atmósfera. El resplandor que de ella se desprende estimula la intimidad y nos produce una sensación reconfortante, con un cálido matiz de romanticismo.
Las velas siempre han estado presentes en templos, altares, hogares, palacios, etc.
La cadencia y el candor de su llama dorada son capaces de transformar el ambiente de la más sencilla cena, y su círculo mágico de luz hace que los enamorados se miren con una fascinación especial. A la luz de una vela se han escrito libros, se han cantado canciones, se han despertado pasiones y se han celebrado ritos modestos y fastuosos, públicos y secretos.
El arte de hacer velas y la manera de diseñarlas ha evolucionado bastante desde aquellos días en que éstas eran el único medio de iluminación.
Hoy las hay de diversos tamaños, formas y colores que es casi imposible imaginar que no se pueda encontrar esa vela que radica en su imaginación.
De manera que la vela manifiesta en el fuego, la luz que da claridad a nuestra vida, a nuestras ideas.
Es ésta la pasión que nos motiva a fabricar y ofrecer a nuestros clientes, velas y velones de la más alta calidad decorativa y funcional.